lunes, 11 de abril de 2016


EXPERIENCIA PERSONAL.

Laboro en la Fiscalía General de la Nación y estuve asignada a una Fiscalía Local por muchos años, en ese Despacho se realizaban audiencias de conciliación en las investigaciones que por la tipicidad del delito lo permitía, debiendo en muchas ocasiones, realizarlas sin la presencia del fiscal debido a sus múltiples ocupaciones, en el desarrollo de las mismas siempre he optado por permitirle la palabra inicialmente a la persona que presentó la denuncia a efectos de que manifieste cual era su pretensión al recurrir ante la justicia, esto se hace debido a que en algunos casos la persona ofendida lo único que pretende es que le pidan disculpas, eventualmente en los asuntos por inasistencia alimentaria lo que muchas madres procuran es que los padres se preocupen por sus hijos, los visiten, los saquen a pasear, les dediquen tiempo, independiente del dinero adeudado; posteriormente se le concede la palabra a su contraparte quien manifiesta lo que tenga que decir con relación a lo aspirado por la persona denunciante y en ese momento se procede a realizar la mediación entre ellos para encontrar un punto intermedio en el que haya un gana-gana; obviamente no siempre se logra llegar a un acuerdo porque hay situaciones en que las diferencias, el problema o la deuda es muy grande y no se logra encontrar el punto de equilibrio. Pero la verdad es muy satisfactorio lograr un acuerdo conciliatorio y he tenido la fortuna de conseguir muchos. Ya mencionaré algunos acuerdos que creía imposibles pero llegaron a buen término.

                                                                       Gilma Janeth Pabón Rubio 

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