EXPERIENCIA PERSONAL.
Laboro en la
Fiscalía General de la Nación y estuve asignada a una Fiscalía Local por muchos
años, en ese Despacho se realizaban audiencias de conciliación en las
investigaciones que por la tipicidad del delito lo permitía, debiendo en muchas
ocasiones, realizarlas sin la presencia del fiscal debido a sus múltiples ocupaciones,
en el desarrollo de las mismas siempre he optado por permitirle la palabra inicialmente
a la persona que presentó la denuncia a efectos de que manifieste cual era su pretensión
al recurrir ante la justicia, esto se hace debido a que en algunos casos la
persona ofendida lo único que pretende es que le pidan disculpas, eventualmente
en los asuntos por inasistencia alimentaria lo que muchas madres procuran es
que los padres se preocupen por sus hijos, los visiten, los saquen a pasear,
les dediquen tiempo, independiente del dinero adeudado; posteriormente se le concede
la palabra a su contraparte quien manifiesta lo que tenga que decir con
relación a lo aspirado por la persona denunciante y en ese momento se procede a
realizar la mediación entre ellos para encontrar un punto intermedio en el que
haya un gana-gana; obviamente no siempre se logra llegar a un acuerdo porque
hay situaciones en que las diferencias, el problema o la deuda es muy grande y
no se logra encontrar el punto de equilibrio. Pero la verdad es muy
satisfactorio lograr un acuerdo conciliatorio y he tenido la fortuna de
conseguir muchos. Ya mencionaré algunos acuerdos que creía imposibles pero
llegaron a buen término.
Gilma Janeth Pabón Rubio
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